¿PATRIA Y LIBERTAD?

Quién finalmente dio patria a los mexicanos no fueron ni Hidalgo, ni Morelos, ni Guerrero, nuestros máximos representantes de la independencia, sino un militar realista criollo, Agustín de Iturbide quien fue apoyado por el alto clero y la alta aristocracia colonial y también debemos observar que durante el interregno y el primer imperio tampoco hubo insurgentes en ninguna posición en el poder, sino realistas. La clase en el poder, seguía ahí en el poder y cediendo posiciones al criollo, la clase combatiente seguía dominada, pero independiente. Iturbide, dirigiéndose a los ciudadanos, dijo: “Ya sabéis el modo de ser libres; a vosotros toca señalar el de ser felices”.


Reconozcamos que fueron los españoles, que temían la implantación de la Constitución liberal de 1812 en el Virreinato, los que al final ayudaron a consumar la independencia, entre ellos podemos mencionar al obispo Cabañas, a Pedro Celestino Negrete, José Antonio Echávarri, entre otros. Y también consideremos que, a pesar del progreso que representaba la Constitución de Cádiz por su avance liberal, había importantes inconvenientes para los grupos minoritarios pues el artículo 22 refería claramente que sus beneficios no eran para todos, pues aquel individuo que tuviera herencia negra no estaba supuesto.[1]
Inicialmente los beneficios si eran para todos, pero miembros españoles residentes en la colonia[2], argumentaron y convencieron en las cortes, que al igual que los indios, las castas con herencia africana eran del mismo carácter, la misma pereza, igual temperamento, misma negligencia en cosas importantes[3]. Con ello las Cortes de Cádiz sancionaban la esclavitud en el continente y aseguraron tener mano de obra barata y disponible como siempre, al restarle derechos a un grupo social que era “la mala raza, la mas espuria, adultera e ilegítima de todos los grupos”.[4]
Por su parte, los criollos militares que se habían dado de alta en el ejército realista y que provenían de familias terratenientes, al ver el peligro que significaba para sus intereses la aplicación de los principios liberales de la Constitución de Cádiz, tomaron la parte más activa en la consumación de la independencia. Aquí vale la pena mencionar a Agustín de Iturbide, Anastasio Bustamante, José Joaquín Herrera, Mariano Arista, Antonio López de Santa Anna, entre otros. Esta reducida clase dominante de españoles y criollos, profundamente emocionada por su arribo al poder y por la enorme riqueza que iban a administrar, hizo suyo el mismo esquema de control que la Corona española había utilizado para dominar a la mayor parte de la población.[5]


[1] Excepto en aquellos casos que probaren haber nacido libres, de padres legalmente residentes en los dominios españoles. Ver The mexican wars for Independence de Timothy J. Henderson; Hill &Wang New York 2009 pp. 120 y 129
[2] En 1811, nos dice Fco. de Paula de Arrangoiz que: “Seguíase examinando en la representación el estado de civilización, instrucción y costumbres de cada una de las clases de habitantes de la Nueva España, cuyo número calculaba el Consulado (de México) en 6’000,000 y de éstos regulaba que eran 3 de indios, los cuales no estaban en estado de ser representados, en las Cortes, ni tampoco los 2’000,000 que componían las castas, ni la mitad del millón que quedaba para la raza blanca (…)” México desde 1808 hasta 1867; Edit. Porrúa, México 1999, pág. 83.
[3] The legacy of Vicente Guerrero, Mexico’s first black indian president; Vincent, Theodore G.; University press of Florida, 2001; pág. 49.
[4] Ídem pág. 22; ver también Arrangoiz, pág. 84.
[5] Gordiano Guzmán, un cacique del siglo XIX Olveda Legazpi, Jaime; INAH-SEP, México 1980, pág. 103.

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