En marzo de 1830, otro líder con sangre negra, Juan
José “el africano” Codallos se pronuncia en Michoacán, en su plan de
pronunciamiento expresa:
(…) es demostrado que los actuales gobernantes
tienen parte en estos acontecimientos, o por lo menos que pesa sobre sus
intereses el temor de perder la presa, que la independencia nacional y la forma
de gobierno adoptada y jurada por todos los pueblos.[1]
Codallos también se interesa en la defensa de
quienes hicieron posible la independencia y que ahora están igual de
desprotegidos que cuando los españoles gobernaban, además que pretende
robustecer las fuerzas armadas del depuesto presidente; se entrevista con
Guerrero el 24 del mismo mes de 1830 y hace contacto con ex insurgentes, entre
ellos Gordiano Guzmán en el mes de julio, éste acuerda unirse una vez que
terminen las labores agrícolas de su gente. Guzmán convoca a los habitantes de
Zapotlán, Apango y San Gabriel (Jalisco) y se dirige a Michoacán en agosto. En
octubre, Guerrero le extiende a Guzmán, el nombramiento provisional de General
de Brigada, mas tarde el comandante militar del cantón de Sayula (Jalisco),
José Gpe. Montenegro se une a la rebelión y enfrentan a las fuerzas de
Anastasio Bustamante.[2]
El apoyo se produjo gracias a que la población
estaba integrada principalmente por grupos menospreciados de indios y mulatos
marginados y explotados por la elite criolla desde 1821, y que aquellos veían
con simpatía las acciones de guerra a favor de los desposeídos que realizaban
Juan Álvarez, Gordiano Guzmán, Vicente Guerrero y Juan José Codallos,[3]
curiosamente, todos ellos de ascendencia africana.
Ante la dificultad de exterminar el movimiento
armado, el gobierno urde un plan para aprehender a Guerrero sobornando con
$50,000 pesos a un marino genovés para que con trampa lo aprese y se lo
entregue. Al ejecutarse exitosamente el plan, se le formó un consejo de guerra
que lo condenó a muerte. Las cosas fueron mas allá, Guerrero es declarado
prófugo de la justicia, traidor a la Patria, incluso extraviado mental, es
fusilado en Cuilapan Oaxaca el 14 de febrero 1831.
Al enterarse, Manuel Mier y Terán escribiría a su
amigo y consejero José María Luis Mora: “Siento como el que más la suerte de
Guerrero; sus servicios a la independencia y su constancia en sostenerla, lo
mismo que el haber sido declarado benemérito de la patria, pedían que se le
hubiere tratado con otra consideración” (…).[4]
Más tarde, al recrudecer los combates y antes de
verse aniquilados, Juan Álvarez entra en acuerdos con el gobierno central para
sentar las bases de una amnistía, luego siguió sus pasos Gordiano Guzmán y
firmo la paz en la hacienda de Contla en mayo de 1831. Juan José Codallos
decide resistir hasta el final; tiempo después su cuadrilla comenzó a reducirse
por los encarnizados enfrentamientos y tuvo problemas de abastecimiento. Fue
atrapado y fusilado “el africano” en Pátzcuaro el 11 de julio de 1831.
[1]
Plan del pronunciamiento de Juan José Codallos,
documento 27 en Jiménez Camberos Gordiano Guzmán insurgente y federalista; Secretaría
de Cultura Jalisco, México 2005, pág. 75; ver también González Pedrero, El
país de un solo hombre El México de Santa Anna Tomo II La sociedad del fuego
cruzado 1829-1836; Fondo de Cultura Económica, México2003 pág. 130.
[2]
“Desde la costa grande de Acapulco, hasta la de Colima,
las partidas de Álvarez, Montes de Oca y Gordiano Guzmán se encargaron de
insurreccionar los pueblos”. Caudillos y caciques ColMex 1972, citado en Gordiano
Guzmán, un cacique del siglo XIX Olveda Legazpi, Jaime; INAH-SEP, México
1980 pág.123.
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