En marzo de 1830, otro líder con sangre negra, Juan
José “el africano” Codallos se pronuncia en Michoacán, en su plan de
pronunciamiento expresa:
(…) es demostrado que los actuales gobernantes
tienen parte en estos acontecimientos, o por lo menos que pesa sobre sus
intereses el temor de perder la presa, que la independencia nacional y la forma
de gobierno adoptada y jurada por todos los pueblos.[1]